Mamá, no llores, me fui al cielo
Sueños coloridos se estaban gestando... Sin embargo, a las 14:28 del 12 de mayo de 2008, la tierra tembló y mis sueños fueron arrojados a las ruinas. El sueño se rompe, el sueño se hace añicos y se vuelve oscuro. De repente sopló una ráfaga de viento que arrojó mis lágrimas y fragmentos de sueños en la distancia y desapareció gradualmente. Me quedé con una mirada confusa mientras estaba a punto de ascender al cielo, dejando que las lágrimas brotaran de mis ojos...
Mamá, no llores, fui al cielo. Por favor perdóname, ya no puedo limpiar las lágrimas de tus mejillas. Mamá, no llores, fui al cielo. Estoy tan triste que ya no puedo estar a tu lado. Mamá, no llores, fui al cielo. Tengo miedo, no hay luz en el camino al cielo.
Mis antiguos compañeros se tomaron de la mano y cantaron sobre las ruinas. La voz de los niños inmaduros parecía incapaz de llegar al cielo; pero tus gritos desgarradores sobre las ruinas ya habían llegado al cielo, golpeándome fuerte como un martillo. Me duele el corazón.
Separé las espesas nubes y la niebla, tratando de buscarte en el vasto mar de personas. Finalmente te vi. Tu cabello se ha vuelto gris después de una noche en casa y las arrugas han subido a tus mejillas. Lloré, y mis lágrimas, junto con la lluvia, mojaron tu corazón.
Mamá, por favor ayúdame a recoger la mochila que cayó sobre las ruinas, no la tires. Contiene el primer y el último regalo de cumpleaños que te dejé. Por favor, cuídalo, contiene mi profundo amor por ti.
Mamá, no puedo esperar por el uniforme militar color oliva, ni tampoco por la suntuosa cena que cocinaste. Por favor, perdona a tu hijo por irse sin despedirse. Este es el destino.
Mamá, el camino al cielo está muy oscuro, sin ninguna luz. El agua verde y las montañas verdes aquí están desoladas. Quiero volver a tu lado, pero no puedo. Mis pies han sido fuertemente atados con los grilletes de la muerte.
Mamá, no llores, me fui al cielo. Te cuidaré en el cielo.