¡La vida no se puede definir!
¡La vida no se puede definir!
Vivimos en la naturaleza, y cada vida no puede existir independientemente de otras vidas, ya sea comiendo o excretando, o del entorno del que depende.
Los humanos, como especie de vida, siempre trazamos límites en la naturaleza: ciudad/zona rural, zona residencial/parque, jardín/bonsái. Esta división artificial hace que nuestra comprensión general de la naturaleza sea cada vez menos clara. Siempre hay un límite en nuestra mente, por lo que siempre mantenemos una distancia segura de las personas que nos rodean. Sin embargo, en una sociedad tan desarrollada, nuestra supervivencia depende más de la existencia de otras personas a nuestro alrededor. Cada aspecto de la sociedad necesita que alguien proporcione servicios. Este es el resultado final del desarrollo ecológico social.
Los humanos ya no necesitamos que todos toquen la tierra, ya no necesitamos que todos sepan cocinar, ya no necesitamos que todos sepan limpiar, e incluso caminar puede ser sustituido. ¿Pero es esto lo que realmente necesitamos?
Nuestros cuerpos viven en una ciudad desarrollada, donde suceden todo tipo de novedades, que pueden satisfacer los infinitos deseos de todos. Pero tenemos miedo del silencio de la mente. Una vez que se produce este silencio, el miedo surge en el corazón.
¿A qué se debe esto? Simplemente porque hemos sido entrenados desde el nacimiento sobre cómo trazar límites en este mundo, inicialmente solo para garantizar la seguridad, pero a medida que aumenta el miedo, los límites se vuelven más diversos y el grado de aislamiento se vuelve cada vez más profundo. Nos encerramos en un espacio invisible. , que es la prisión de la mente. Esta prisión se compone de innumerables conceptos. Cuantos más conceptos haya, más llena estará la prisión, hasta que un día se ven obligados a escapar. Por supuesto, algunas personas colapsan cuando no tienen el coraje de escapar.
Si queremos salir de la prisión de la mente, la mejor manera es volver a la naturaleza y dejar que nuestro cuerpo y nuestra mente se reintegren a la naturaleza, porque pertenecemos a la naturaleza y nacimos de allí. .
Todos sentirán una sensación de intimidad y relajación al regresar a la naturaleza. Este sentimiento no necesita guía ni que otros te lo digan, todo sucede de forma natural. Cuando llegas a la naturaleza, encontrarás que todos los límites trazados por la mente desaparecerán automáticamente. No hay restaurante/baño, ni respeto/desprecio, ni riqueza/pobreza, todo está integrado y abierto, y simplemente no podemos. Es difícil encontrar áreas que sean exclusivas de un determinado tipo de vida, y es aún más difícil ver áreas que pertenecen únicamente a los humanos.
Cuando volvamos por completo a la naturaleza, automáticamente se restaurará la verdadera armonía, comenzará a establecerse la igualdad y el respeto entre toda la vida y veremos el amor desinteresado en el cielo y la tierra. Los seres humanos y todas las cosas nacen del cielo y de la tierra, y todo en la naturaleza es sólo el derecho de uso, y el objeto del uso es toda la vida alimentada por la naturaleza.
¿Por qué otras formas de vida no abusan tanto de los recursos como los humanos? ¿Es sólo porque no son lo suficientemente inteligentes? ¿O es porque la verdad es que la vida respeta la vida!