Red de conocimiento de abogados - Derecho de sociedades - Yo era un Scout de la Segunda Guerra Mundial descarga del conjunto completo de texto del libro electrónico

Yo era un Scout de la Segunda Guerra Mundial descarga del conjunto completo de texto del libro electrónico

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Soy un explorador de la Segunda Guerra Mundial

Autor: Crack

Acerca de este libro

Actualizado el 2007-10-29 23:34:00 Número de palabras: 27

 Gracias a todos los que leen el libro

Gracias

Capítulo Uno Cenizas

Actualizado el 2007-10-28 20:27: 00 Número de palabras: 3784

3 de agosto de 1941.

Los aviones alemanes aparecieron sobre la ciudad varias veces, cada vez con un estruendo y por todas partes se veían innumerables proyectiles bombardeados y cadáveres mutilados.

Como la mayoría de las personas, me escondí en este sencillo refugio antiaéreo cuando sonó la sirena antiaérea, escuchando los sonidos de los bombardeos y los temblores similares a los de un terremoto afuera, mientras me preguntaba si me bombardearían o moriría. enterrado en este refugio antiaéreo.

No es un refugio antiaéreo vacío, pero todavía tiene mucho espacio después de que toda la gente está apiñada, a pesar de que cuando se construyó y probó originalmente, no podía albergar ni a la mitad de la población del pueblo.

La cueva se llenaba de un leve olor a humedad y, de vez en cuando, traían a ella personas heridas por la explosión, ya estuvieran vivas o muertas.

Las únicas lámparas colgaban cerca de la entrada de la cueva, balanceándose con las vibraciones del suelo. Las escasas luces reflejaban los rostros aterrorizados, llenos de los gritos de los heridos y el silencio sepulcral.

Hoy es el segundo día de bombardeos, y también es el bombardeo más largo durante este período. Las vibraciones intermitentes no pueden evitar hacer que la gente se preocupe por la solidez del refugio antiaéreo, pero después de dos. Días de perseverancia, nada más que las migajas de tierra esparcidas en el techo de la cueva. No hubo derrumbes ni nada por el estilo, pero la gente todavía me preguntaba de vez en cuando si me enterrarían vivo aquí.

Quise decir algo varias veces, pero mis propias excusas me disculparon. Quizás no podían imaginar qué más hacer en esta situación además de preocuparse por la solidez del agujero.

Sentada frente a mí estaba una pareja joven como yo, no traían nada más que la ropa que llevaban puesta. La mujer estaba acurrucada en los brazos del hombre, como si...

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