¿Es el servicio de la iglesia cristiana un testimonio de vida?
Escritura: "Romanos 12:1-2" "Por tanto, hermanos, os exhorto, por la misericordia de Dios, a que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios. Este es vuestro servicio espiritual. No os conforméis a este mundo, sino transformaos mediante la renovación de vuestra mente, para que comprobéis cuál sea la buena, agradable y perfecta voluntad de Dios."
Introducción
p>"Romanos" es una carta escrita por el apóstol Pablo a la iglesia en Roma. El versículo que acabamos de leer es a lo que Pablo exhorta a los hermanos y hermanas de la iglesia en Roma a prestar atención en el proceso de servir: ofrecer su cuerpo. como ser vivo Sacrificarse y no conformarse al mundo. Este es un "servicio de vida".
En términos generales, cuando hablamos de "servicio" en la comunidad cristiana, siempre nos referimos al trabajo en la iglesia, como predicar, organizar reuniones, enseñar canto, tocar el piano, visitar a hermanos y hermanas, y ZR enseña a los niños en la escuela, limpia en la iglesia, practica y canta en coros, etc. Aparte de esto, parece que no es servicio. Según la Biblia, sabemos: este tipo de pensamiento es incorrecto. La salvación de los cristianos por gracia es un gran misterio, que generalmente a nosotros nos resulta difícil de imaginar. La salvación es la elección activa y absoluta de Dios y no depende de ningún mérito del hombre. Pero Dios tiene un llamado a salvar y servir a todos, por lo que las personas mismas deberían tener la responsabilidad de responder. Dios tiene soberanía absoluta y el hombre tiene la responsabilidad de responder. Esto es difícil de describir en la lógica humana. Pero eso es lo que revela la Biblia. Lo mismo ocurre con el servicio. El llamado al servicio lo hace Dios a cada cristiano, por lo que cada cristiano tiene la responsabilidad de responder. Es una urgencia que todo cristiano debería tener: admirar las buenas obras y perseguirlas diligentemente. Puede que un cristiano no sea llamado al sacerdocio, pero tiene la responsabilidad de responder con más fuerza al llamado y la gracia de Dios. Es decir, todo cristiano tiene la oportunidad de realizar una obra de servicio más importante y no puede utilizar la excusa de no haber sido llamado o conmovido como excusa para no realizarla. Pero, por otro lado, lo que hacemos específicamente todavía está bajo la soberanía y guía de Dios.