¿Ayudar a desarrollar una ley de familia por ser golpeado?
Como padres, todos queremos que nuestros hijos muestren buen comportamiento y actitudes. Sin embargo, a veces el comportamiento de un niño no cumple con nuestras expectativas y es necesario tomar las medidas correctivas adecuadas. Una de las medidas correctivas más comunes son los azotes, pero existen algunos principios y normas a los que se debe prestar atención a la hora de aplicar este castigo. Aquí tienes una ley de familia para los azotes.
Regla 1: Golpear es un último recurso y debe usarse sólo después de haber probado todos los demás medios. Como padres, debemos hacer todo lo posible por utilizar otros métodos para corregir los malos comportamientos de nuestros hijos, como la comunicación, la orientación, el castigo, etc. Los golpes sólo deben utilizarse como último recurso cuando todos los demás métodos han fallado.
Artículo 2: Deben existir motivos y normas claras para ser golpeado. Ser golpeado no es una paliza al azar, sino que debe haber motivos y regulaciones específicas. Se deben explicar claramente al niño de antemano qué errores ha cometido el niño, qué tipo de castigo debe recibir, el número y la intensidad de los azotes, etc. Al mismo tiempo, después de que un niño comete un error, también debemos darle una cierta cantidad de tiempo y oportunidad para corregir el error. Si el niño no corrige el error, será golpeado.
Artículo 3: Los golpes deben ser moderados. Los azotes no pueden ser excesivos, y la frecuencia e intensidad de los azotes deben controlarse dentro de un rango determinado para no dañar la salud física y mental del niño. Al implementar azotes, debemos considerar la edad, la condición física, la personalidad y otros factores del niño para formular el castigo apropiado.
Artículo 4: Los azotes deberán realizarse en circunstancias apropiadas. Los azotes no se deben dar en público, en la escuela o frente a otras personas. Los azotes deben darse en un espacio privado del hogar para proteger la dignidad y privacidad del niño.
Artículo 5: Se requiere asesoramiento psicológico adecuado después de haber sido golpeado. Ser golpeado es una forma de castigo, pero tiene un enorme impacto psicológico en el niño. Como padres, debemos brindar asesoramiento psicológico adecuado después de recibir una paliza, decirles a los niños el motivo y el propósito de la paliza, ayudarlos a darse cuenta de sus errores y hacerles saber cómo evitar cometer los mismos errores.
Artículo 6: No se permiten palizas de forma violenta o nociva. Por ejemplo, no se pueden utilizar puños, palos y otros instrumentos para ser golpeado, y mucho menos azotes, cortes y otros métodos nocivos. Los padres deben usar la palma de sus manos para azotar las nalgas u otras áreas con fuerza moderada que no cause daño físico grave.
Artículo 7: Se requiere reflexión y resumen después de ser golpeado. Ser golpeado no es sólo un castigo, sino también una educación. Después de que los niños son golpeados, debemos dejarles darse cuenta de sus errores, reflexionar y resumir. Ayude a los niños a comprender por qué cometieron errores y cómo evitar volver a cometerlos, para que puedan aprender de los azotes.
Artículo 8: Ser azotado no debe afectar la salud emocional y mental de un niño. Los azotes deben ser un castigo serio, pero no deben causar problemas emocionales o psicológicos graves en el niño. Después de recibir una palmada, debemos preocuparnos por la salud emocional y mental del niño y hacer todo lo posible para aliviar las emociones negativas y la presión psicológica del niño.
Artículo 9: Ser golpeado no debe ser normalizado. Los azotes son sólo un castigo a corto plazo y no pueden usarse como castigo a largo plazo. Si un niño siempre comete errores, debemos resolver el problema a un nivel más fundamental, como ajustar los métodos educativos, brindarle más cuidado y atención al niño, etc.
Artículo 10: Los golpes deben ser realizados voluntariamente por el niño. Los azotes no pueden ser forzados y el niño debe hacerlos voluntariamente. Si un niño no está dispuesto a aceptar que le peguen, debemos probar otros métodos educativos, como dejar que el niño reflexione sobre sus errores, ajustar sus métodos educativos, etc.
Por último, hay que destacar que aunque los azotes son una forma de castigo, no pueden ser el único medio de educación de los niños. Como padres, debemos guiar a nuestros hijos para que tomen conductas y decisiones correctas a través de la comunicación, la orientación, los elogios, etc., para que los niños puedan crecer en un ambiente familiar sano y armonioso.