Métodos de aprendizaje correctos y eficaces
1. Aumenta la dificultad adecuada
Al igual que desarrollar un músculo, cuanto más entrenes, más fuerte te volverás. Lo mismo ocurre con el aprendizaje. Cuanto más trabaja tu cerebro para recordar un recuerdo, más mejora tu aprendizaje.
Esta es la diferencia entre aprender, practicar y probar. La práctica y las pruebas no equivalen a aprendizaje. Son más importantes que aprender porque requieren que usted trabaje duro para recordar lo que ha aprendido.
Para aprender de manera más efectiva, deja de evitar desafíos y dificultades. En su lugar, aumente el nivel de dificultad que desea para poder aprender y retener los conocimientos a largo plazo.
Acepte el miedo al fracaso y aproveche cada oportunidad para adquirir experiencia en el mundo real y ponerse a prueba. regularmente.
2. Deja de realizar múltiples tareas
La mayoría de la gente piensa que el profesionalismo es la capacidad de realizar múltiples tareas al mismo tiempo. Lo mismo ocurre con el aprendizaje. La gente piensa que si pueden aprender varias cosas al mismo tiempo, podrán aprender más rápido.
La verdad es que la multitarea es una ilusión. Creemos que podemos realizar muchas tareas al mismo tiempo, pero lo que hacemos es pasar de una tarea a otra.
En lugar de realizar múltiples tareas, elige un solo tema y concéntrate en estudiarlo y practicarlo durante el tiempo asignado.
3. Aprender a olvidar
Los métodos de aprendizaje tradicionales nos enseñan a aprender todo de una vez y a culparnos cuando lo olvidamos.
Según la curva del olvido, podemos olvidar el 75% del contenido en 24 horas y el 90% del contenido en 30 días. Está claro que los métodos de aprendizaje tradicionales no funcionarán.
Por supuesto, podemos hacer algunos ajustes para mejorar mucho la retención de información. Cuanto más repasamos un mismo material, más recordamos y menos olvidamos después de memorizarlo durante mucho tiempo. Por eso, en lugar de aprender todo de una vez, es mejor utilizar los llamados intervalos mentales para estudiar, al igual que la revisión espaciada.
¿Cuál es la frecuencia óptima? Depende del tamaño y la complejidad del material y de qué tan concentrado esté durante el proceso de aprendizaje. Como regla general, se necesitan al menos 4 ajustes para conservar el 90% del contenido.
4. Mejora tu sueño y tus siestas
El sueño juega un papel vital en el desarrollo cognitivo, incluido el aprendizaje. Cuando su cerebro está dormido, el flujo de líquido cefalorraquídeo aumenta, eliminando las toxinas dañinas que se acumulan mientras está despierto.
Para mejorar tu capacidad de aprendizaje, asegúrate de dormir lo suficiente y de buena calidad todos los días. A continuación se ofrecen tres consejos rápidos:
Duerma entre 7 y 8 horas todos los días.
Haz que tu habitación esté oscura, silenciosa y fresca.
Acuéstate y levántate a la misma hora todos los días, incluidos los fines de semana.
Si tienes tiempo, prueba a hacer una siesta de 30 a 60 minutos después del almuerzo.
5. Aprovecha al máximo tu entorno
Nuestro entorno tiene un impacto mayor en nuestro comportamiento de lo que pensamos o estamos dispuestos a admitir. Lo mismo ocurre con el aprendizaje, donde el entorno juega un papel importante. Hay dos formas de aprovecharlo.
En primer lugar, el entorno en el que aprendemos y practicamos se convierte en el detonante de nuestro desempeño. Si estás practicando para una actuación, como un discurso, practica dónde vas a actuar. Hacer esto facilitará la práctica y se traducirá en su desempeño real.
También puedes utilizar esto para exponerte a una variedad de entornos al aprender nuevos conceptos o practicar nuevas habilidades. Esto ayuda a su cerebro a hacer más conexiones, ampliando la gama de desencadenantes mentales para un concepto o habilidad en particular.
6. Simplifica y enseña lo que aprendes
Aprender es más que simplemente memorizar. A menudo, la mejor manera de aprender un concepto o tema complejo es simplificarlo. Si no puedes simplificarlo, no podrás entenderlo.
Richard Feynman fue un físico teórico ganador del Premio Nobel conocido como "El Gran Explicador" por su capacidad para transmitir ideas complejas a otros de una manera sencilla e intuitiva.
Puede que la mayoría de nosotros no seamos científicos, pero su técnica, conocida como técnica de Feynman, es útil y aplicable a cualquier cosa que queramos aprender.
Primero, elige un concepto y estúdialo. Luego intente enseñárselo a un niño pequeño, no a un experto. Hacer esto le quitará la presión de hacer todo bien y también puede ayudarle a revisar los conceptos que acaba de aprender con sus propias palabras.
A estas alturas ya habrás revisado lo que ya sabes y este proceso te ayudará a revelar y señalar áreas que no comprendes completamente. Ahora, complete los espacios en blanco revisando el material nuevamente. Repite este proceso hasta que puedas explicar el concepto elegido usando tu propio vocabulario sencillo.