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Composición de aventuras en el desierto

Título de la composición: Sólo teniendo el coraje de explorar se puede ganar algo.

Hoy, mi padre, que tiene experiencia en aventuras, y yo y un compañero de clase al que también le gusta la aventura vamos a explorar el desierto. Trajimos todo el equipo, incluida una brújula, galletas comprimidas, agua y gorros para el sol. Llevamos el vehículo todoterreno de mi padre al desierto, pero se averió antes de que pudiéramos llegar muy lejos. Mirando el interminable desierto del Sahara, estaba muy ansioso. Pensé: ¿Qué debo hacer? Quizás no podamos salir. En ese momento, papá sacó la brújula. Pero la brújula parece haber sido perturbada de alguna manera y no puede apuntar hacia el norte. Afortunadamente mi padre trajo un mapa para poder encontrar la dirección según el sol y comenzamos a caminar.

Pero los buenos tiempos no duraron mucho. Surgió una nueva crisis. Nuestros recursos hídricos eran insuficientes. A medida que nuestra agua era cada vez menor, nuestra fuerza física también se debilitaba. Sentí que el mundo se balanceaba y cerré los ojos aturdido. En ese momento, mi compañero de repente gritó: "¡Hay agua allí!". Miré hacia allí y vi que realmente era un oasis. Inmediatamente me levanté y corrí hacia allí como un lobo y un tigre, pero cuando llegué, me di cuenta de que era solo un desierto árido y que era solo un espejismo.

Nos sentamos desplomados en la arena, sintiéndonos débiles por todas partes, con dolor en la cintura y dolores de espalda. El sol en el cielo era como una gran bola de fuego que cubría la tierra, y varios pájaros en el cielo subían y bajaban. como si también estuvieran disfrutando del cálido sol marchito. Pero en ese momento sucedió algo peor, llegó una tormenta de arena. De repente la oscuridad cayó entre el cielo y la tierra, y apresuradamente nos escondimos detrás de la única cobertura (una gran roca). Después de un rato, la tormenta de arena pasó. Estábamos todos cubiertos de arena. Mi compañero se desmayó porque no había agua para beber. Le dimos el último sorbo de agua que nos quedaba.

La luz de la muerte parece rodearnos. "Niños, ¿qué les pasa?" ¿Podría ser que tenía tanta sed que estaba escuchando alucinaciones? Resultó que pasaba por allí un anciano que vivía en el desierto. Le contamos lo que pasó. Nos llevaron a un lugar con agua y con entusiasmo nos permitieron ir a su casa. Finalmente, nos sacó del desierto en un camello.

Esta es realmente una aventura emocionante y emocionante. Me ha dado coraje, perseverancia y unidad para hacerlo mejor en el próximo viaje.