¿Cuál es la fuerza que sostiene a los médicos antiepidémicos que se han mantenido en sus puestos?
Ante el repentino brote del nuevo coronavirus, estos soldados con armadura blanca utilizaron su perseverancia para establecer una línea de defensa segura para nosotros. Es debido a su responsabilidad que pueden abandonar temporalmente sus pequeñas casas, renunciar a la noche de reunión con miles de luces y proteger a China en su conjunto. El poder de la responsabilidad les permite ir inquebrantablemente al frente y luchar en la primera línea de la lucha contra la epidemia. Como médicos, su deber ineludible es salvar vidas y curar a los heridos, por lo que asumen la responsabilidad de la recuperación de cada paciente. El poder de esta responsabilidad les permite llevar a cabo una misión especial en este período especial, esforzarse por lograr su mejor comprensión, hacer su mejor trabajo, correr contra la muerte y arrebatar a los pacientes de las manos de la muerte.
Este sentido de responsabilidad que tiene todo médico hace que no le teman a la vida ni a la muerte, que no le teman las dificultades, y se levanten resueltamente para ser responsables de la bata blanca que visten y de su profesión.
Son capaces de luchar en primera línea no sólo por su sentido de responsabilidad, sino también por su amor por los pacientes. Entre este personal médico se encuentran hijas y madres, además de abuelos, tíos y tías. Todos estos pacientes tienen la misma edad que los padres, hermanos, hermanas, hijos e hijas del personal médico. Ver a estos pacientes sufrir a causa del virus es como ver sufrir a sus familiares.
Así que decidieron quedarse, quedarse en el lugar más peligroso y quedarse con las personas que más los necesitan. Este tipo de fraternidad con los pacientes les permite salir adelante en este momento crítico. De hecho, no hay héroes, algunos son simplemente personal médico que ama y cuida a los pacientes, y otros son solo un grupo de encantadores ángeles vestidos de blanco.
En ello contribuyó su perseverancia y dedicación. Son las masas, los miembros del partido y de la liga, pero todos tienen el mismo nombre: chinos. Todos tienen un corazón de dedicación y sacrificio por la patria, y todos tienen un espíritu de dedicación en ellos. Cuando más se los necesita, harán todo lo posible para aprovechar al máximo su luz y su calor.