Las tres partes de la estructura de la personalidad de Freud
Freud dividió la estructura de la personalidad en tres niveles: ello, yo y superyó.
1. El ello, situado en la base de la estructura de la personalidad, es un sistema energético compuesto por instintos y deseos innatos, entre los que se incluyen diversas necesidades fisiológicas. El ello tiene un fuerte poder de impulsos primitivos, que Freud llamó libido. El ello es inconsciente, irracional, no socializado y caótico. Sigue el principio del placer.
2. El yo se va diferenciando progresivamente del ello y se sitúa en la capa media de la estructura de la personalidad. Su función principal es corregir la contradicción entre el ello y el superyó. Por un lado, regula el ello y, por otro, está controlado por el superyó. Sigue el principio de realidad y satisface las necesidades del yo de manera razonable.
3. El superyó, situado en el nivel más alto de la estructura de la personalidad, es el yo moralizado, que se interioriza mediante las normas, la ética y los valores sociales. Su formación es resultado de la socialización. El superyó sigue principios morales y tiene tres funciones: primero, suprimir los impulsos del ello, segundo, controlar el yo y tercero, buscar un estado perfecto.
En la estructura de la personalidad, el ello, el ego y el superyó se entrelazan entre sí para formar la personalidad general. Cada uno de ellos representa un determinado aspecto de la personalidad. El ello es el yo biológico instintivo, el ego es el yo psicosocial y el superyó es el yo moral ideal.
Cada uno de ellos persigue objetivos diferentes. El ello persigue la felicidad, el ego persigue la realidad y el superego persigue la perfección. Cuando los tres están en un estado coordinado, la personalidad muestra un estado saludable; cuando los tres no se rinden y tienen una relación hostil, se producirá una enfermedad mental.