El comienzo de aquellos días turbulentos
La vida humana es larga y caminamos afanosamente siguiendo la huella del tiempo. Sin embargo, esos días que han pasado todavía nos hacen no poder evitar mirar atrás. Pueden ser cálidos, libres o problemáticos y traernos recuerdos infinitos.
Recuerdo que en sexto grado, la maestra explicaba el tema una y otra vez sin cansarnos, mientras nosotros cantábamos con indiferencia los ya familiares caracteres y símbolos chinos una y otra vez. No sé cuándo empezamos a abandonar las sonrisas que deberían haber aparecido en nuestros rostros, y cada uno de nosotros puso una sonrisa amarga en el rostro. Día tras día, estamos apáticos pero tenemos que caminar en el libro. Sus ojos escanearon las líneas, pero su mente todavía estaba pensando en las almohadas y la cálida colcha. La salida de clase había terminado y algunos estudiantes estaban deambulando, pero yo ya había puesto una expresión de "no me molestes". ¡Sí! Durante esos días problemáticos, ¿cuántas expresiones de impotencia puse? ¡Quizás innumerables!
Aún recuerdo esos días, nuestro tiempo de ejercicio, ¡era el momento más cómodo del día! Aplaudimos, pero los imaginativos problemas matemáticos todavía resonaban en nuestras mentes. Durante esos días, teníamos "dos héroes coexistiendo" en nuestras manos. Leíamos el examen de matemáticas con el ojo izquierdo y el examen de chino con el ojo derecho. Todo era muy molesto. Pero es todo tan evocador.
Recuerdo que una vez un profesor de matemáticas implementó una política: cualquiera que obtuviera 100 puntos en el examen (examen grande o pequeño) recibiría una piruleta; Sería recompensado con una copia del artículo. Por una vez, sólo recompensas y ningún castigo. ¡Qué consuelo fue esto para nosotros durante aquellos días difíciles! Pero esto hizo que varios estudiantes se sintieran ansiosos. ¡No querían quedarse con el segundo premio! Entonces, comenzaron a estudiar mucho. Nuestra clase también es mucho más silenciosa. Pero todavía se reían mucho, pero esto fue un gran consuelo. Pero todavía estamos deseando que llegue la despedida, es decir, el día del concurso. Finalmente, en nuestra expectativa, llegó ese día. Fue un día de "liberación". Agitamos el pañuelo rojo y nos despedimos de aquellos días difíciles.
Los días problemáticos han pasado lentamente como agua corriendo, y lo que queda es sólo un toque de amargura y preocupación, que hace que la gente piense en atrás.