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El significado y símbolo de una gran virtud poderosa

El significado de una gran virtud poderosa es comprender los treinta y siete niveles del taoísmo, comprender completamente el vacío de las dieciséis naturalezas, eliminar todos los obstáculos y demonios, lograr cosas extraordinarias y lograr el gran nirvana. Simboliza garzas, búhos, cuervos, loros, águilas y patos.

El Yamantaka es la deidad principal del Yoga Tantra Supremo. Su nombre sánscrito se translitera como "Yamodega", y su nombre tibetano se translitera como "Dorje Jiuchie", que significa "El Vajra temible" y. "el rey poderoso y virtuoso". El budismo tibetano considera que la apariencia iracunda del Bodhisattva Manjushri indica que tiene el mérito de domesticar a los enemigos, someter a los dragones venenosos y eliminar todos los obstáculos. El miedo se llama "poder", el amor se llama "virtud" y el poder y la virtud son grandes. Cada secta del budismo tibetano practica su propio método, prestándole especial atención las sectas Gelug y Sakya. Las nueve cabezas del miedo representan los nueve tipos de sutras que reprimen al rey del infierno.

La imagen de la gran virtud poderosa

Un niño con dos brazos y un cuerpo amarillo-rojo, sosteniendo un vajra en su mano derecha y formando un sello con su mano izquierda, sentado sobre un león. Luego visualiza la luz negra que se emite desde la puerta superior del Bodhisattva Manjushri. De la luz negra emerge un poderoso Vajra con ocho brazos, una parte superior del cuerpo amarilla, una parte inferior negra, una calavera como colgante y una piel de tigre como falda. El frente de la máscara de vaca tiene una mirada enojada, dientes expuestos, lengua como un rayo, tres ojos, dos cuernos, dieciocho brazos que sostienen varias armas mágicas y dos bestias en sus pies.

Al visualizar, las manos forman el sello fundamental de la gran virtud poderosa, es decir, las manos están vueltas hacia adentro y formando una postura de puño, y los dos dedos medios están erguidos e apoyados uno contra el otro. Durante la visualización, el poderoso cuerpo del Dharma gira y se convierte en un rayo de luz violeta, que ingresa al cuerpo del practicante por la puerta superior. En este momento, no hay diferencia entre uno mismo y la deidad, y entonces uno entra en samadhi.