¿Cómo debería una pequeña empresa gestionar bien a su equipo? ¿A qué aspectos hay que prestar atención en la gestión?
1. Dividir el trabajo en su lugar. Si el trabajo no se divide y se transmite al equipo lo suficientemente bien, es fácil que la gente se pierda. No saben qué hacer, qué resultados lograr y qué tipo de presentación se necesita para alcanzar las expectativas. ¿Existe un desglose claro de tareas? La forma más sencilla es traducir los objetivos y necesidades en palabras o datos. Si se puede convertir en texto y datos, entonces la tarea es confiable y se puede completar nueve de cada diez veces.
Una vez conocí a un líder que hablaba en el grupo todos los días. Cada vez que hace una tarea, habla mucho. Si no fuera Aite, no sabría a quién se le asignó este trabajo. Después de escuchar sus arreglos laborales, no entendí de qué estaba hablando ni qué estaba haciendo. Incluso su lógica estaba confusa.
Nota: Al descomponer metas, las metas deben completarse y las personas involucradas en las metas deben definirse y dividirse.
2. Una vez descompuestos los objetivos de gestión del progreso, se debe establecer una fecha de entrega clara y controlar el progreso. Generalmente el lunes es para fijar el cronograma de la semana, qué sucedió, qué resultados se espera lograr, el miércoles para revisar el progreso y los datos actuales, las dificultades encontradas y cómo superarlas, y el viernes para resumir y revisar.
Nota: La nota sobre la gestión del cronograma es ceñirse a este método de gestión, porque los primeros empleados pueden encontrarlo demasiado engorroso, pero una vez que se acostumbran, la eficiencia del trabajo puede mejorar considerablemente.
3. Dar pleno juego al valor de la comunicación es la base del trabajo en equipo, y la comprensión tácita es el requisito previo para el trabajo en equipo. Las barreras de comunicación impedirán que los miembros formen un entendimiento tácito, formen un consenso y trabajen juntos, lo que en última instancia conducirá a consecuencias graves e impredecibles.
Nota: La comunicación eficaz es el lubricante para el desarrollo empresarial, y los directivos de las empresas deben considerar seriamente cómo crear un buen entorno de comunicación. Los equipos generan confianza y se ayudan mutuamente a través de la comunicación, formando así opiniones, comportamientos y, en última instancia, valores.