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¿Se pueden convertir en abono los residuos plásticos? Esta nueva tecnología podría reescribir los estándares para la clasificación de residuos.

Recientemente, algunos científicos han intentado incorporar una enzima en el plástico para que pueda descomponerse rápidamente sin producir microplásticos.

Siempre que se agregue una pequeña cantidad de enzima masticadora de polímero al plástico, las bolsas y los tenedores de plástico se pueden biodegradar hasta el punto de convertirse en abono.

Los expertos dicen: A temperaturas moderadas, en condiciones estándar de compostaje o en agua corriente del grifo, las películas plásticas con enzimas añadidas pueden descomponerse en cuestión de días o semanas.

"La capacidad de biodegradación es diferente de la capacidad de compostaje", dijo el investigador Xu Ting. A menudo encuentra trozos de plástico biodegradable en el abono de su jardín.

La mayoría de los plásticos biodegradables se depositarán en vertederos, pero las condiciones del vertedero no son adecuadas para la degradación, por lo que su tasa de degradación no es más rápida que la de los plásticos comunes.

Anteriormente, la incorporación de enzimas masticadoras de polímeros en plásticos biodegradables aceleraba su descomposición. Sin embargo, los “microplásticos” potencialmente dañinos a menudo se forman de forma no intencionada y se encuentran en ecosistemas de todo el mundo.

Si estas enzimas se juntan y cortan aleatoriamente las cadenas moleculares del plástico, lo que da como resultado una descomposición incompleta y la generación de "microplásticos", ¡es mejor no degradarse!

Por lo tanto, en el último estudio, para resolver los problemas anteriores, los investigadores añadieron "enzimas separadas" a dos plásticos biodegradables (incluido el ácido poliláctico comúnmente utilizado en envases de alimentos).

Usaron la enzima con otro aditivo degradable para garantizar que la enzima no se aglutinara ni se dispersara.

Estas enzimas aisladas agarran los extremos de las cadenas moleculares de plástico y cortan cada eslabón como si se masticaran espaguetis, no solo descomponiendo el plástico sino también previniendo la formación de microplásticos.

En general, añadir enzimas a los plásticos aumenta los costes y destruye las propiedades del material.

La nueva enzima solo representa el 0,02% del peso del plástico, y el plástico modificado es tan fuerte y flexible como el plástico de las bolsas de compras normales.

Actualmente esta tecnología no es aplicable a todos los plásticos porque sus estructuras moleculares son diferentes. El equipo de I+D está intentando superar esta limitación y también ha solicitado una patente para la tecnología.

Uno de los miembros de I+D fundó una nueva empresa y planea comercializar la patente.