Avance: una nueva tecnología de descarbonización que convierte rápidamente el dióxido de carbono gaseoso en carbono sólido.
Se entiende que reducir las emisiones de dióxido de carbono es crucial para el futuro de la Tierra. La clave del problema es cómo encontrar una manera de capturar el dióxido de carbono en el punto de emisión. Los métodos actualmente en desarrollo incluyen la filtración de gases a través de materiales adsorbentes como esponjas magnéticas, membranas de burbujas, espuma de zeolita o materiales hechos de arcilla o posos de café.
El nuevo sistema del equipo de RMIT utiliza metal líquido, concretamente una aleación llamada EGaIn, calentado a entre 100 y 120 grados centígrados. Luego, se inyecta dióxido de carbono en la mezcla y, a medida que las burbujas suben, las moléculas de dióxido de carbono se rompen en pedazos sólidos de carbono. Estas sustancias flotan encima y se recogen fácilmente.
El sistema debe diseñarse para que sea fácil de ampliar e implementar en el punto de emisión, afirmó el equipo. La reacción se produce de forma rápida y eficiente y requiere relativamente poco calor, que puede ser proporcionado por recursos renovables.
El profesor asociado Torben Daeneke, autor del estudio, dijo: "Nuestro nuevo método todavía utiliza el poder del metal líquido, pero se ha modificado para permitir que se integre más suavemente en los procesos industriales estándar. Además Además de ser más fácil de ampliar, la eficiencia de la nueva tecnología también ha mejorado enormemente y el dióxido de carbono se puede descomponer en carbono instantáneamente”.
Los investigadores dijeron que se ha presentado una solicitud de patente provisional para esta tecnología. Esperan que las nuevas tecnologías puedan convertirse en nuevas herramientas importantes para promover la descarbonización y ayudar a las empresas y los gobiernos a cumplir sus compromisos de emisiones de carbono.
El artículo de investigación titulado "El metal líquido a base de GA convierte directamente CO2 en carbono sólido" ha sido publicado en la revista "Energy and Environmental Science".
La mayor ventaja de esta tecnología es convertir el carbono gaseoso en carbono sólido. Muchas otras formas de captura de carbono lo convierten en dióxido de carbono gaseoso, que puede ser más difícil de almacenar y transportar y propenso a filtrarse al aire. Incluso si se intenta almacenar dióxido de carbono bajo tierra y convertirlo nuevamente en roca sólida después de unos años, no es infalible. Una gran parte de este permanece en forma gaseosa y vuelve a estallar si se rompe el sello. El carbón sólido, por otro lado, es estable y puede almacenarse más o menos indefinidamente sin riesgo de fugas. El carbono sólido podría volver a ser enterrado o, lo que es más prometedor, utilizarse en otras aplicaciones industriales, como la fabricación de hormigón, afirmó el equipo.
El siguiente paso del equipo es expandir el sistema a un prototipo modular del tamaño de un contenedor de envío.