Cómo organizar tu guardarropa

Saca toda la ropa del armario.

Saca toda la ropa de las perchas, los cestos de almacenamiento del armario y la ropa de los cajones. Se pueden apilar en el suelo o en la cama. Si tienes zapatos y accesorios en tu armario, sácalos. Por ejemplo: cinturones, bufandas, carteras, corbatas, etc.

Selecciona ropa de uso común.

Examina sistemáticamente cada elemento uno por uno para determinar si es necesario conservarlo o descartarlo. Procurar que el resto de prendas de nuestro armario sean adecuadas, completas, prendas de uso frecuente y que haya suficiente espacio para guardarlas.

Si no sabes si conservarlo o no. Puedes comprobar si la ropa te queda bien. No debe quedar demasiado holgada ni demasiado ajustada. Debe ser cómoda de llevar.

Renuncia también a la ropa que ya no es popular.

Si estás engordando y adelgazando, elegir la ropa puede resultar más problemático. Sin embargo, esa ropa que obviamente no le queda bien debe desecharse.

Aquellas prendas que hace tiempo que no usas significan que también debes deshacerte de ellas. Por supuesto, se pueden conservar algunos regalos que sólo se usan en ocasiones especiales. Por ejemplo, algún atuendo formal.

Si algo ya no te gusta, no lo guardes. Nunca te sientas culpable por no vestirte. Por ejemplo, tu papá te regaló una camisa que no te gusta.

Si tienes varios conjuntos de ropa con estilos repetitivos, también puedes plantearte renunciar a algunos de ellos. Por supuesto, excepto uniformes escolares o ropa de trabajo.

Coloca la ropa que necesitas guardar y usar en la pila de Guardar.

Selecciona la ropa que es necesario guardar.

Debes guardar ropa que no vayas a usar durante un tiempo o ropa que esté fuera de temporada. Por ejemplo, las toallas y bufandas se pueden guardar en verano, mientras que los chalecos y vestidos deben guardarse en invierno.

Algunas prendas que no se pueden usar, pero que tienen alguna sensación especial, también se pueden guardar. Por ejemplo, el jersey tejido por la abuela, la bufanda que regaló el primer amor. Pero mantén la menor cantidad posible porque la ropa es para usar.

Algunas prendas favoritas se pueden exponer en lugar de esconderse en el armario.

Por ejemplo, enmarca una camiseta para un concierto o cose toda tu ropa de maratón en una funda de edredón de maratón. Ja ja.

Empaca la ropa que quieras guardar, clasifícala y luego colócala en cajas de plástico o bolsas de almacenamiento transparentes.

Recuerda etiquetarlo. Puedes colocarlos en el fondo de tu armario, debajo de tu cama y en tu trastero.

Consejos de los organizadores: Puedes categorizar la ropa según las estaciones. Guarde las chaquetas acolchadas de algodón en verano y guarde los pantalones cortos y chalecos en invierno.

Selecciona la ropa que hay que regalar o tirar.

Este es el paso más difícil e importante. Si desea que su armario esté limpio y ordenado, debe tomar decisiones para deshacerse de los elementos innecesarios siempre que sea posible. Por supuesto, esto no significa tirar toda la ropa que te gusta, pero sí debes preguntarte qué ropa necesitas realmente.

Si llevas más de un año sin usar ropa y no tiene valor sentimental, por favor regálala o regálala.

Si una prenda es demasiado vieja, está descolorida o incluso tiene agujeros y nadie quiere usarla más, tírela.

Si la ropa te queda demasiado grande o demasiado pequeña, no asumas que la usarás más adelante. Regálalos.

Si la calidad de algunas prendas parece buena pero ya no las necesitas, por favor regálalas o regálalas.

Limpiar el armario.

Antes de volver a guardar la ropa, aprovecha para limpiar tu armario. Puedes utilizar una aspiradora o un plumero para quitar el polvo y luego limpiarlo con un trapo.

02

Organiza la ropa del armario.

Almacenamiento para colgar

Cuelga la mayor cantidad de ropa posible para que sea más fácil de encontrar y ahorrar espacio. No solo colgar, sino también seguir algunos consejos será más propicio para encontrar la ropa que deseas:

Se puede guardar según la temporada. Si ya has guardado algo de ropa de temporada, el resto de la ropa se puede organizar y guardar según la temporada. Por ejemplo, puedes colgar primero la ropa de verano y luego la de otoño.

También se puede almacenar por tipo. Por ejemplo, los chalecos, camisas, pantalones y faldas se pueden guardar por separado.

La ropa de trabajo y la ropa casual se pueden guardar por separado. De esta forma podrás encontrar rápidamente ropa de trabajo durante el horario laboral.

Almacenar según la frecuencia de uso también es un método. Guarda la ropa que más utilizas en los lugares más habituales.

Como tus jeans favoritos o una sudadera con capucha.

Si es relativamente fina, podrás distinguir diferentes prendas en función de los distintos colores de perchas. Por ejemplo, las perchas rosas se utilizan para colgar blusas y las perchas verdes se utilizan para colgar la ropa de trabajo.

Guarda ropa extra en otra parte de tu armario.

Una vez que hayas colgado toda tu ropa habitual, seguramente habrá espacio en tu armario para el resto. Pones menos ropa en cajas de almacenamiento de la que cuelgas. O simplemente guarda la ropa que no necesitas colgar en la caja de almacenamiento. Aquí tienes algunas sugerencias:

No desperdicies espacio debajo de la ropa tendida, coloca algunas cajas de plástico debajo para guardar la ropa.

La parte superior del armario se puede utilizar para guardar jerséis voluminosos, edredones de aire acondicionado, etc.

Si hay suficiente espacio en el interior, se pueden colocar en su interior equipos de clasificación de ropa como planchas de vapor.