¡El coeficiente intelectual de un niño de 3 años es 142! ¿Cuáles son las manifestaciones comunes del alto coeficiente intelectual de los niños?
Para cuantificar los materiales inteligentes de las personas, se han ideado varios métodos de prueba. Al igual que en la famosa prueba de Mensa, el resultado final está fijado. Pone a prueba las capacidades mentales de las personas probando su capacidad para resolver problemas, memoria de objetos, observación e imaginación de objetos. La fórmula para calcular el CI es: CI = MA (edad mental) / CA (edad cronológica)? Cualquier persona con un coeficiente intelectual superior a 100 o superior a 120 puede considerarse un coeficiente intelectual alto.
1. Los niños con un coeficiente intelectual alto son más sensibles cuando son pequeños. Si eres un recién nacido, sacarás la lengua y te reirás de ella desde una edad temprana para responder positivamente a diversas indicaciones de los adultos. Los niños con un coeficiente intelectual alto ya pueden captar los labios, los patrones, los colores, etc. de los adultos. Usan sus ojos más activamente cuando son ignorantes y les gusta balbucear con los adultos y tratar de hacer oír su propia voz. Los ojos son las ventanas del alma. Cuando un niño no puede hablar, aún podemos obtener algunas pistas al mirar sus ojos inteligentes.
2. Algunos niños con un coeficiente intelectual alto aprenden rápidamente una vez que empiezan a hablar. Los niños son como esponjas para absorber conocimientos. Los niños con un coeficiente intelectual alto aprenden y memorizan muy rápidamente, lo que no necesariamente entendemos. Si bien los niños comunes todavía tienen dificultades con la pronunciación, la mayoría de ellos ya tienen un vocabulario amplio, pueden describir cosas y tienen fuertes habilidades de razonamiento lógico. Era obvio que podía sentir las cosas más rápido que el niño promedio y era bueno para describir sonidos y descubrimientos con mis propias palabras.
3. Algunos niños con un coeficiente intelectual alto son más sensibles a la música y a algunos les puede gustar jugar, pero todos se concentran en lo que les interesa durante mucho tiempo. Este tipo de atención es innata y puede aportar gran concentración y paciencia a los niños.
Innumerables hechos han demostrado que la mayoría de los padres tienen un coeficiente intelectual alto y que las posibilidades de que sus hijos tengan un coeficiente intelectual alto también son muy altas.