En 1957, la Unión Soviética envió un cachorro al espacio. ¿Qué pasó con ese perro?
El 4 de octubre de 1957, la Unión Soviética lanzó con éxito el primer satélite artificial de la historia de la humanidad, abriendo la puerta a la exploración humana del universo. Sin embargo, no sé nada sobre los humanos en el universo, ni si los humanos pueden entrar o incluso sobrevivir. Para sacar conclusiones, los científicos soviéticos idearon una manera: enviar un perro al espacio, observar su estado y luego formular un plan. Para ello, los científicos encontraron una perrita callejera de 3 años llamada "Laika", la entrenaron durante un tiempo y la introdujeron en el segundo satélite 165438+ lanzado por la Unión Soviética el 3 de octubre del mismo año. año. satélite, siguiéndolo al espacio.
Para facilitar la observación de los datos de Lycra, los científicos instalaron sensores debajo de la piel del cachorro y en su cuerpo para monitorear la respiración y los latidos del corazón del perro. Cuando el satélite ingresa al espacio, los datos se pueden transmitir automáticamente al laboratorio en tierra. Los científicos también diseñaron una cabina presurizada específica para la licra en la cabeza del cohete, que también está equipada con una cámara. Entonces Laika se convirtió en la primera criatura terrestre en ir al espacio.
Más tarde, la Unión Soviética anunció oficialmente el destino de Laika. Las autoridades dijeron que Laika murió después de comer una cena venenosa preparada para ella a 1.600 kilómetros de la Tierra después de completar una misión de una semana. Sin embargo, la versión oficial no es fiable y hay pruebas de que Leica murió con dolores.
En 2002, Dimitri Malashankov, biólogo que participó en el lanzamiento de satélites de la antigua Unión Soviética, afirmó que Laika no sobrevivió tanto tiempo en el espacio. De hecho, murió a las pocas horas de shock y agotamiento por calor. Los datos enviados en ese momento mostraron que el ritmo cardíaco de Laika era tres veces más alto de lo habitual, y otros datos también mostraron que Laika sufrió un dolor tremendo en las etapas finales de su vida. Lo cierto es que después de que Lycra entró al espacio, debido a la gran cantidad de calor liberado por el lanzamiento del cohete, la temperatura dentro de la cabina aumentó y el efecto aislante del traje espacial no fue bueno. Sufrió mucho y acabó convirtiéndose en un "perro en llamas".
A día de hoy, los restos de Laika y la cápsula espacial de aquel año siguen varados en la órbita terrestre, y nadie los ha recogido y traído de vuelta a la Tierra. Aunque Laika solo sobrevivió en el espacio unas pocas horas, los resultados experimentales demostraron que los mamíferos pueden resistir el medio ambiente después del lanzamiento de un cohete, sentando las bases para los vuelos tripulados. La Unión Soviética emitió un sello en 1957 para conmemorar la Lycra, que más tarde se convirtió en una marca registrada de cigarrillos. En 1997, los rusos construyeron un monumento a Laika en las afueras de Moscú para conmemorarlo.