Un ensayo de 400 palabras sobre el bombardeo de la estación de tren de Shanghai por parte de invasores japoneses el 28 de agosto de 1937.
¿Aún recuerdas el día 28 de agosto de 1937? Ese día, los invasores japoneses bombardearon la estación de tren sur de Shanghai. Una vez más, la palabra "vergüenza" estaba escrita en los rostros del pueblo chino. ¿Cuántas personas perdieron sus preciosas vidas a causa de esto? Los padres de un niño huérfano de tres años son dos de los desafortunados.
Ese día, la madre llevó a sus hijos a la estación de tren para entregarle comida a su marido. Su marido era un guerrillero antijaponés que estaba emboscando en la estación de tren de Shanghai y su vida podía estar en peligro en cualquier momento. ! A mitad de la comida, un tío se acercó sudando profusamente y dijo: "¡Un gran grupo de japoneses fueron encontrados cerca de la estación! ¡Prepárense! ¡Están planeando volar este lugar! Así que esta operación sólo puede tener éxito. ¡Sin fracaso! Todos ¡Debes trabajar duro!" ¡Papá sacó el arma del agujero debajo del pilar y se fue a toda prisa! En ese momento, el niño aún no entendía nada y ¡todavía jugaba felizmente con piedras junto a su madre! Después de un rato, llegaron ráfagas de disparos desde la sala de espera y "de repente", una bomba voló desde la distancia. La mente de la madre se quedó en blanco. En el último momento de su vida, arrojó a su hijo al suelo. hierba en la distancia. ¡El niño salió ileso, pero la madre voló en pedazos y no le quedaron huesos! El niño estaba sentado sin comprender junto a las ruinas, pero su madre ya no estaba allí. Frente a él, solo había un fuego furioso y un humo espeso. ¡El niño estaba estupefacto! Con un "plop", se sentó en el suelo, llorando desgarradoramente, gritando: "¡Papá! ¡Mamá!" Mirando la estación de tren que se había convertido en una ruina, solo podía llorar.
Fue acogido por una tía y poco a poco creció hasta convertirse en un gángster para vengar a sus padres.
¡Odia la guerra, anhela la paz y anhela la paz! Él espera que algún día no haya más guerras en el mundo, ¡sólo alegría y paz!