Discutir criterios prácticos.
Practicidad significa que la invención o modelo de utilidad puede fabricarse o utilizarse y puede producir efectos positivos. En la revisión de las “tres naturalezas” de patentes, dado que no se basa en búsquedas de patentes, el juicio de viabilidad es relativamente simple. Por lo tanto, en el procedimiento de examen de patentes, primero se examina la practicidad, luego la novedad y, finalmente, la actividad inventiva.
Los siguientes criterios se utilizan para juzgar la practicidad:
Primero, se ajusta a las leyes de la naturaleza y es factible. Por ejemplo, una máquina de movimiento perpetuo no puede patentarse porque viola las leyes de la naturaleza y no es práctica. La practicidad no significa que la invención o modelo de utilidad haya sido fabricado o utilizado en la industria, o que esté listo para ser fabricado o utilizado en la industria. Siempre que se determine con base en un análisis objetivo de la invención o modelo de utilidad que la misma tiene potencial para ser fabricada o utilizada, se podrá considerar implementable. Las soluciones técnicas que violan las leyes de la naturaleza y no pueden implementarse no son prácticas.
En segundo lugar, es industrialmente replicable. Es decir, puede fabricarse o implementarse repetidamente de manera industrial. Por ejemplo, las soluciones técnicas como el puente del río Nanjing Yangtze, que son difíciles de implementar repetidamente debido a condiciones naturales únicas, no se consideran invenciones prácticas y no pueden patentarse.
En tercer lugar, puede tener un impacto positivo. Por lo general, este efecto positivo se puede manifestar en la mejora de la calidad del producto, la mejora del entorno de trabajo y producción, el ahorro de energía, la reducción de la contaminación ambiental, la reducción de costos, etc. Al juzgar la practicidad, es importante señalar que una invención no necesariamente tiene que tener un efecto tan positivo al solicitar una patente, siempre que exista la posibilidad de producir un efecto positivo.