En la estación del tren de alta velocidad, un profesor de pelo blanco pidió a los nuevos reclutas que se unieran al ejército. ¿Qué dijo exactamente?
No hay duda de que el viejo y entusiasta profesor enseñó a los nuevos reclutas la primera lección, haciéndoles comprender primero sus responsabilidades. Alguna vez fueron adolescentes alegres, hijos de maestros, pero ahora tienen que valerse por sí mismos e ir al ejército para recibir una educación más poderosa. Por supuesto, los profesores creen en ellos y los alientan, porque la elección de cada niño representa su determinación de servir al país y al pueblo. Los profesores entienden mejor el significado detrás de esto, además de enseñarles conocimiento y vida. Confiarles el cuidado de sí mismos es también la expectativa interna del maestro, porque son personas comunes y corrientes, pero eligen protegernos a nosotros, personas comunes y corrientes. Son el respaldo de nuestro futuro y la esperanza del país.
De hecho, el escenario de nuevos reclutas que se unen al ejército cada año es enorme, porque un nuevo grupo de jóvenes enérgicos está a punto de unirse al ejército. Antes de partir, ya no eran adolescentes, sino que se convirtieron en pilares que asumían la responsabilidad del pueblo. Sus familias tienen grandes esperanzas en ellos y el país tiene grandes esperanzas en ellos.
Como estudiante universitario, entiendo mejor lo que significa ser soldado. Precisamente este año, un chico de nuestra clase decidió alistarse en el ejército. Éste siempre ha sido su sueño y este viaje también cumplió su sueño militar. Sinceramente lo admiro a él y a otros que eligen servir en el ejército. ¡Son fuertes de corazón y los saludamos!