Adivina: ¿Quién inventó la máquina de algodón de azúcar?
William James Morrison nació en 1860. Después de graduarse en la Facultad de Odontología de la Universidad de Tennessee en 1890, se convirtió en dentista. Morrison a menudo jugueteaba con inventos grandes y pequeños, y solicitó patentes para varios inventos más importantes, incluida la máquina de malvaviscos que se presentará en este artículo.
Se puede decir que la máquina de malvaviscos es producto de los intereses personales de Morrison. Aunque era dentista, tenía obsesión por los dulces. Tenía un viejo amigo que compartía su gusto por lo dulce, John C. Wharton, un fabricante de dulces. Mientras comían dulces, se les ocurrieron muchas ideas extrañas.
En 1897, juntos convirtieron una interesante idea en realidad y nació la primera máquina automática de algodón de azúcar del mundo.
La máquina eléctrica que diseñaron y fabricaron es muy similar a la máquina de malvaviscos común en la actualidad, y el principio de procesamiento es básicamente el mismo: hay un recipiente de metal con un pequeño agujero en el medio de la máquina. Para hacer malvaviscos, se agrega azúcar a un recipiente de metal y, cuando se calienta, el azúcar se derrite hasta formar un almíbar. Cuando el recipiente gira a alta velocidad, el almíbar saldrá disparado por el pequeño orificio bajo la acción de la fuerza centrífuga y se extraerán finas hebras de azúcar durante el proceso de lanzamiento. Las hebras de azúcar se enfrían rápidamente hasta quedar sólidas, se agrupan y el delicioso malvavisco está listo.
En la Feria Mundial de St. Louis de 1904, Morrison y Wharton estrenaron su máquina de algodón de azúcar. La exposición fue enorme, atrajo a 20 millones de visitantes y fue la oportunidad perfecta para que la máquina de algodón de azúcar hiciera su debut.
En aquella época, los malvaviscos no se llamaban "malvaviscos" y Morrison le dio un nombre muy soñador: "Fairy Floss".
Además, otro dentista americano llamado Josef Lascaux también dejó su propia huella en la historia del desarrollo del malvavisco.
Joseph empezó a hacer malvaviscos más de diez años después de Morrison y Wharton. Aunque no solicitó una patente, también inventó de forma independiente su propia máquina de algodón de azúcar.
Curiosamente, los malvaviscos que hacía no se vendían al público, sino a los pacientes de su clínica dental.
El nombre de la imagen "Marshmallow" fue acuñado por él en 1920. Rápidamente fue ampliamente aceptado por el público, y luego el nombre "Fairy Silk" se fue retirando gradualmente del escenario de la historia.