Ensayo completo de 600 palabras: Deja un oído para escuchar la felicidad
Introducción: La voz de la felicidad también nos rodea. La siguiente es una composición sobre cómo dejar un oído para escuchar la felicidad. Bienvenido a consultarla. Título original del ensayo:
26. Elija una de las siguientes dos preguntas de ensayo. (50 puntos)
Pregunta 1: Cuando haya un estruendoso aplauso, no olvides mantener un oído abierto para escuchar las sugerencias de tus amigos; cuando estés estudiando mucho, no olvides mantener un oído; oído abierto para escuchar el sonido de las flores floreciendo; cuando tu mochila esté lejos Cuando viajes, no olvides estar atento para escuchar los consejos de tus seres queridos.
¿Por favor escribe un artículo con? el título "Deja un oído para escuchar___".
Requisitos de redacción:
(1) Si elige el tema 1, complete el contenido apropiado en la línea horizontal, complete el tema y luego escriba. Si elige el tema 2, redacte el tema según sea necesario y luego escriba.
(2) Crea tu propia intención y elige tu propio estilo (excepto poesía).
(3) Decir la verdad, expresar sentimientos verdaderos y evitar el plagio.
(4) No utilice nombres de lugares, nombres de escuelas ni nombres personales reales en el artículo.
(5) Escrito con prolijidad, nada menos que 600 palabras. Artículo de muestra: Deja un oído para escuchar la felicidad
Aunque la felicidad da pasos de gato, sigo escuchando su voz.
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El mundo es muy ruidoso. Gritos, maldiciones y suspiros amenazaban con engullir al mundo entero. La felicidad es como una joven que acaba de incorporarse a la sociedad, con una voz suave y cálida. En silencio, agucé el oído y busqué la felicidad.
Un osito sostenía un nido de miel, entrecerrando ligeramente los ojos y apoyado en el áspero tronco del árbol. Miró a su alrededor, luego se humedeció los labios y, lenta y cuidadosamente, metió la mano en el tarro de miel. Sin parpadear, sus ojos redondos se quedaron mirando la mano que puso. Sacó una palma llena de miel, que exudaba una fragancia seductora. Respira hondo, mete lentamente la mano en la boca y empieza a chupar cuando el dulzor llene tu boca. El sonido de la felicidad es el sabor que saborea el osito chasqueando los labios.
La voz de la felicidad también nos rodea.
En una noche solitaria, al escuchar una vieja canción, la canción trae oleadas de recuerdos. Sin saberlo, empezaste a tararear, olfatear el aire lleno de felicidad y a pensar en las pequeñas cosas que te hacían sentir feliz.
¿Estuviste enfermo ese día y no fuiste a la escuela? Por la noche, tu mejor amiga te entregó la tarea que tu madre te había copiado. Las pequeñas y hermosas palabras escribieron su preocupación. Cuando estabas a punto de ponerlo en tu diario, viste la pintura en la parte de atrás: una taza de té, pintada con bolígrafos de colores, con una línea de pequeñas palabras adjuntas: ? ¿Te sientes mejor? ¡Este es mi nuevo té! ¡La medicina ha curado la enfermedad! En un instante, sientes una corriente cálida que brota de tu corazón y, en un instante, el calor se extiende por todo tu cuerpo.
Recuerdo una vez que olvidaste algo y llamaste ansiosamente a tu padre, y su padre respondió como si hubiera recibido una orden de un superior; recuerdo que ese día hacía mucho frío, y casi te mudas al hospital; casa, donde estaba tu madre corriendo para servirte la humeante sopa de costillas de cerdo; recuerdo que te levantaste tarde ese día y finalmente corriste a la estación, solo para descubrir que el autobús acababa de salir cuando estabas a punto de esperar. En la siguiente, ¿viste a la vendedora de entradas asomando la cabeza por la ventanilla, sonriendo y saludando? Esta escena es el sonido de la felicidad enterrada en la eternidad. ¿Dónde está la felicidad, dejando una voz?
La felicidad es un hilo de gotas de sudor, y es el consuelo de secar las gotas de sudor; la felicidad es la dedicación, y es la gratificación después de la dedicación, la felicidad es el crecimiento; y más son las huellas desiguales en el camino del crecimiento.
El mundo está en silencio, el ruido está rodeado y la felicidad llama a todos. Llevé mi mochila y caminé por el sendero arbolado de la juventud, tarareando la voz de mi alma. La juventud se queda sin palabras, escribiendo en silencio la felicidad.
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