¿La quiebra del gigante mundial se debe a la epidemia?
Vararis fue fundada en 1975 y es el contratista de plataformas de perforación marina más grande del mundo con una larga trayectoria. Su negocio principal es la perforación y extracción de petróleo. Aunque es la plataforma de perforación marina más grande, no ha escapado al impacto de la pandemia de COVID-19. La epidemia ha provocado la caída de los precios mundiales del petróleo y no aumentarán en el corto plazo. Además, el coste de la extracción de petróleo, ya sean recursos humanos, materiales o financieros, es muy alto y la empresa no puede llegar a fin de mes sin una determinada cantidad de ingresos. Y no es sólo Wallaris la que se declaró en quiebra. Muchas empresas energéticas también han quebrado debido a la epidemia de este año y a los bajos precios del petróleo.
Mucha gente puede preguntarse por qué una empresa tan grande está endeudada o incluso en quiebra debido a la epidemia. De hecho, según diversas fuentes, la deuda ha sido generalizada entre las empresas de vapor de esquisto. En primer lugar, la extracción de petróleo en alta mar es en sí misma muy difícil. Aunque la producción se ha expandido, todavía no es proporcional a sus insumos. Además, la epidemia de COVID-19 de este año ha tenido un enorme impacto, haciendo imposible que las compañías petroleras cambien la situación y que los accionistas no puedan obtener ganancias. Ninguna empresa puede permitirse una pérdida tan enorme.
Vararis no es la única empresa energética que quiebra este año. Su competidor Whiting Petroleum Company también se declaró en quiebra en abril de este año. Las empresas de energía conllevan inherentemente ciertos riesgos, y sus negocios dependen en gran medida del precio del petróleo y el gas natural. Los propios precios del petróleo han caído este año y se han visto aún más afectados por la epidemia. Muchas empresas se enfrentan a la quiebra debido a las deudas.
Por tanto, la quiebra de Vararis se debe en gran medida a la epidemia de COVID-19 de este año, que provocó la caída de la empresa. En este momento, declararse en quiebra puede detener las pérdidas a tiempo, pero también es un último recurso.