Vida con bajas emisiones de carbono y mayor dependencia de la innovación tecnológica (la otra cara es un cambio de conceptos)
Habiendo resaltado las definiciones importantes, ahora ampliaré nuestro argumento y expondré por qué una vida con bajas emisiones de carbono depende más de un cambio de mentalidad.
En primer lugar, el cambio conceptual es más subjetivo que la innovación tecnológica. Nunca ha habido ningún conocimiento centrado específicamente en las bajas emisiones de carbono. Se basa en el pensamiento y la experimentación de las personas para sublimar una gran cantidad de conocimientos dispersos en tecnologías aplicadas para que puedan desempeñar un papel. ¿No es porque la gente se da cuenta de la urgencia de proteger el medio ambiente? Por lo tanto, la invención no carece de objetivo, debe haber alguna fuerza impulsora potencial para promover la innovación, y en la promoción de una vida con bajas emisiones de carbono, esta fuerza impulsora es el cambio de conceptos. Además, si las personas han integrado un equipo o tecnología con excelentes efectos de bajas emisiones de carbono, pero no tienen conciencia ambiental o son conservadoras en su tratamiento de las cosas nuevas, entonces esta tecnología, por muy avanzada que sea, no hará ninguna contribución. a la causa de las bajas emisiones de carbono. Analizando detenidamente estas dos situaciones, no es difícil encontrar que el concepto de iniciativa subjetiva debería convertirse en una parte importante de las bajas emisiones de carbono.
En segundo lugar, el cambio de concepto es más adecuado para la enorme población actual. Como todos sabemos, los científicos también son un recurso importante y escaso en el mundo actual. Estas personas poseen conocimientos técnicos avanzados y un coeficiente intelectual extraordinario. Sin embargo, debido a su pequeño número, es difícil lograr un gran avance en el proceso de bajas emisiones de carbono sólo con sus esfuerzos. Esto requiere partir de una gran base de gente común, cambiar fundamentalmente sus ideas y convertirse en un pilar sólido para los investigadores científicos. Las voces de la gente corriente son a veces más oportunas, efectivas y más inspiradoras que las experiencias y casos anteriores contenidos en los libros de texto. Como cuando se inventó el ascensor turístico. Sin la audaz propuesta del conserje, me temo que esos ingenieros nunca habrían tenido esa idea. Si se utiliza el mismo principio en el campo de las bajas emisiones de carbono, no fracasará, ¿verdad?
Más importante aún, el cambio de conceptos se acerca más a la vida y se presta más atención a lo básico. Puede que a la gente corriente le resulte un poco difícil aceptar las nuevas tecnologías, pero les resulta fácil empezar con un poco de esfuerzo y guiarles para cambiar sus ideas poco a poco, produciendo así buenos resultados. Ahorrar un trozo de papel para cada persona puede salvar una selva tropical; ahorrar un kilovatio hora de electricidad para cada persona puede ser suficiente para que las generaciones futuras lo utilicen durante décadas. Pequeñas cosas como esta son más prácticas que pedirles que operen varios instrumentos y memoricen muchos conocimientos. Para dar el ejemplo más simple: los hoteles en muchos países han dejado de proporcionar artículos desechables a los huéspedes, logrando muy buenos efectos de bajas emisiones de carbono y recibiendo reconocimiento mundial y respuesta de todos los ámbitos de la vida. ¿No refleja esto la importancia práctica y el gran potencial de las pequeñas cosas para cambiar ideas y cambiar ideas para lograr grandes beneficios? Diversas experiencias prácticas han demostrado que cambiar conceptos es lo más práctico y con mayores probabilidades de producir mejores resultados.
En resumen, cuando buscamos una vida baja en carbono, el cambio de concepto es la premisa y el fundamento importante de todas las medidas. Si no tenemos ideas científicas avanzadas, o si somos como la otra parte, malinterpretaremos nuestras ideas como utopías desde el principio y enfatizaremos ciegamente la investigación y la innovación científicas. ¿Cuándo podremos realmente lograr bajas emisiones de carbono? Nuestra insistencia en una vida con bajas emisiones de carbono se basa más en cambios de conceptos.