¿Por qué los telescopios nos permiten ver cosas lejanas?
La lente convexa con un diámetro grande y una distancia focal larga frente al telescopio se llama lente objetivo; la lente con un diámetro pequeño y una distancia focal corta en la parte posterior se llama ocular. La lente del objetivo recoge la luz de la escena distante detrás de la espalda en una imagen real reducida e invertida, lo que equivale a acercar la escena distante al punto de imagen a la vez. La imagen invertida de esta escena cae en el foco frontal del ocular, por lo que mirar el ocular es como mirar algo con una lupa y puede ver una imagen virtual ampliada muchas veces. En ese caso, el paisaje lejano en el horizonte parece estar al alcance de la mano a través del telescopio. Los telescopios, al igual que otros instrumentos ópticos, han pasado por una larga historia de desarrollo y han surgido varios tipos de telescopios. Según los principios ópticos, se puede dividir en dos categorías: tipo refractivo y tipo reflectante. Los binoculares refractores, comúnmente conocidos como binoculares de prisma, se usan a menudo en reconocimiento militar y de campo debido a sus cañones cortos, su gran campo de visión y su fácil portabilidad. Un telescopio reflector es un ocular compuesto por un espejo cóncavo, un espejo de campo y una lente convexa, y se utiliza en observatorios para observar objetos celestes.
La primera persona en patentar un telescopio
La primera persona en recibir una patente para un telescopio fue el fabricante holandés de instrumentos ópticos Hans Lipsch, quien solicitó una patente en 1608. Basado en el telescopio de Lippert, el científico italiano Galileo Galilei construyó uno propio en 1609. Refinó su diseño y pronto lo utilizó para estudiar planetas y estrellas.