La condición básica para establecer un comportamiento de confianza es que el fideicomitente debe tener
El fideicomiso se refiere a una relación contractual especial en la que el fideicomitente entrega sus bienes o intereses al fiduciario para su administración, uso o disposición, y distribuye rentas o bienes de acuerdo con los fines y requisitos pactados. El establecimiento de una conducta de confianza requiere cumplir ciertas condiciones básicas, la más básica de las cuales es que el fideicomitente debe tener los siguientes tres derechos:
Derechos de propiedad: El fideicomitente debe tener derechos de propiedad, es decir, la propiedad o uso del derecho de propiedad. Sólo la persona propietaria del inmueble tiene derecho a entregarlo a un síndico para su administración o enajenación.
Voluntad independiente: El fideicomitente debe tener voluntad independiente, es decir, debe poder decidir de forma independiente entregar el bien al fiduciario y estipular los derechos y obligaciones del fiduciario de acuerdo con los requisitos pactados. Sólo un fideicomitente con voluntad independiente puede firmar efectivamente un contrato de fideicomiso y establecer un comportamiento de confianza.
Capacidad: El cliente debe tener plena capacidad, es decir, ser capaz de comprender las consecuencias de sus actos y deseos, y ser responsable de sus actos. Sólo un fideicomitente con plena capacidad jurídica puede firmar efectivamente un contrato de fideicomiso y asumir la responsabilidad legal por las consecuencias del acto de fideicomiso.
Además de las tres condiciones básicas anteriores, existen otras condiciones que deben cumplirse. Por ejemplo, el contrato de fideicomiso debe ser verdadero, completo y legal, el fiduciario debe ser una institución o persona calificada para participar en negocios fiduciarios y los activos del fideicomiso deben ser transferibles y claramente mensurables, etc.
En definitiva, el establecimiento de una conducta de confianza necesita cumplir ciertas condiciones básicas, la más importante de las cuales es que el fideicomitente debe tener derechos de propiedad, voluntad independiente y plena capacidad de actuar. Sólo cuando se cumplen estas condiciones básicas, se puede firmar efectivamente un contrato de fideicomiso y el fiduciario puede administrar, usar o disponer de la propiedad para lograr los propósitos y requisitos del fideicomiso.