Densidad del aerogel

La densidad del aerogel es de 3 kilogramos por metro cúbico.

Introducción del aerogel:

El aerogel es una forma de material sólido, el sólido denso más pequeño del mundo. La densidad es de 3 kilogramos por metro cúbico. El aerogel más común es el aerogel de sílice, que fue fabricado por primera vez por el científico estadounidense Kistler en 1931 gracias a una apuesta con sus amigos. Hay muchos tipos de aerogeles, incluidos los de silicio, los de carbono, los de azufre, los de óxidos metálicos, los de metales, etc.

Cualquier sustancia puede denominarse aerogel siempre que se pueda secar y eliminar el disolvente interno, su forma pueda permanecer básicamente sin cambios y el producto tenga alta porosidad y baja densidad.

La densidad del aerogel es extremadamente baja. El aerogel más ligero tiene sólo 0,16 mg por centímetro cúbico, que es ligeramente inferior a la densidad del aire, por lo que también se le llama humo helado o humo azul. Debido a que las partículas del interior son muy pequeñas (nanoescala), la luz visible se dispersa menos al atravesarlas, al igual que la luz solar al atravesar el aire.

Características y aplicaciones del aerogel:

El aerogel puede parecer frágil, pero en realidad es muy resistente y duradero. Puede soportar presiones miles de veces su propia masa y sólo se derretirá cuando la temperatura alcance los 1.200 grados Celsius. Además, su conductividad térmica y su índice de refracción también son muy bajos, y su capacidad de aislamiento es 39 veces más fuerte que la mejor fibra de vidrio.

Debido a estas propiedades, el aerogel se ha convertido en un material insustituible en la exploración espacial. Tanto la estación espacial rusa "Mir" como la sonda estadounidense "Mars Pathfinder" lo utilizan como aislamiento térmico.

Aerogel tiene muchas más aplicaciones en el sector aeroespacial. La nave espacial "Stardust" de la NASA lo está llevando a una misión para recolectar partículas de cometas en el espacio. Los científicos creen que las partículas de los cometas contienen el material más primitivo y antiguo del sistema solar, y estudiarlo puede ayudar a los humanos a comprender la historia del sol y los planetas con mayor claridad.