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Un ensayo de 600 palabras pidiendo cuidado en la vida

La vida necesita amistad, porque la amistad hará que todo sea mejor. Y la vida no puede separarse del cuidado de amigos, maestros y padres, y también es inseparable del aprecio de los demás. La vida sólo puede cambiar si otros la aprecian. La vida sin aprecio es como una flor marchita. Nunca volverá a ese momento glorioso. Sólo se marchitará y finalmente se convertirá en tierra. Y la vida que se aprecia es como el árbol verde de las cuatro estaciones, que aún puede mantenerse erguido sin importar el mal tiempo que haga. No es como una flor que no puede soportar el viento y la lluvia, y que se marchitará cuando se exponga al viento y al sol. Por lo tanto, sólo a través del cuidado y el aprecio en la vida podemos encontrarnos a nosotros mismos y a nuestra confianza.

En la vida social, todo el mundo desea ser apreciado por los demás. Del mismo modo, todo el mundo debería aprender a apreciar a los demás. El aprecio y el ser apreciado son una fuente interactiva de poder. El apreciador debe tener un corazón alegre, benevolencia y buenos pensamientos de belleza adulta. La persona que es apreciada tendrá autoestima, el poder de esforzarse por progresar y la ambición de lograrlo. mejorar. Por tanto, aprender a apreciar es una virtud en la vida.

Recuerdo un ensayo bien escrito: Un estudiante travieso que era extremadamente malo, cuando todos los profesores se dieron por vencidos con él, su maestra de clase no se rindió con él, cuidándolo como una madre amorosa, iluminándolo cada día. Lo educó, le dio clases de tutoría, asistió a clases de discusión, le pidió su opinión... Este compañero sintió profundamente el cuidado minucioso que la maestra le tenía y la infinita esperanza que la maestra depositaba en él. renunciar a sí mismo nunca más. Entonces, decidió trabajar duro y hacer algo para recompensar a su maestro y servir a la patria. Varios años después, un joven de exitosa carrera y rostro radiante regresó a su alma mater, se arrodilló frente a su maestro y le dijo afectuosamente: "Maestro, sin usted, hoy no habría estudiantes..."

¡sí! La vida necesita cuidados. Necesita reconocimiento. Para las personas sin estas cualidades, la vida sería muy miserable y sin sentido. Y las personas que aprecian a los demás son muy amables en sus corazones. Dar aprecio a los demás no es sólo un estímulo espiritual para los demás, sino también una prueba de la propia calidad. Bacon dijo: "El que aprecia tiene el brillo de la mañana, gotas de rocío y flores que florecen durante todo el año en su corazón. La persona indiferente tiene un corazón puro y sincero. El mundo tiene sed y las montañas son áridas".

Dejemos que apreciamos más en nuestras vidas. El agradecimiento es una especie de entrega, una especie de fragancia, una especie de comunicación y comprensión, una especie de dependencia y bendición.