¿Qué inspiración nos brinda "My Fair Lady"?
Eliza, una florista que nació en los barrios bajos, es pobre y humilde. Vende flores en la calle todos los días para apoyar a su padre alcohólico.
En una noche lluviosa, en la entrada del teatro, donde vende flores, conoce a Higgins y Pickering, dos hombres solteros. A los ojos de Higgins, ella era una mujer vulgar, sucia e insultante para la cultura británica, y él amenazó con hacerla asistir al baile del Embajador como una duquesa dentro de seis meses. Pickering apuesta por ello. Entonces Higgins le brindó un cruel entrenamiento durante seis meses. Para cambiar su destino, Eliza persistió a pesar del dolor y cambió poco a poco. Lenguaje, vestimenta, modales, temperamento. Finalmente, aceptó la invitación del príncipe al baile del embajador y se convirtió en la perla del baile. Al final del baile, Higgins y Pickering se felicitaron, animaron y felicitaron mutuamente. Detrás de la celebración de la victoria, Eliza no dijo nada y se dejó caer en el sofá llorando después de que todos se fueron.
Finalmente descubrió que incluso si cambiaba de ropa y de apariencia, seguía siendo y siempre sería una humilde florista a los ojos de Higgins. Después de seis meses de arduo trabajo, ella acaba de darle a Higgins una victoria que solo le pertenecía a él.
Seis meses resultaron ser nada más que palabras vacías. No había ganado nada, lo único que tenía era dignidad.
Se escapó de casa.
Higgins entró en pánico y él y Pickering la buscaron por toda la ciudad. Finalmente la conoció en casa de su madre, pero aún no podía dejar de lado su machismo.
Regresó a casa solo, solo para descubrir que todo lo relacionado con Eliza se había convertido en un hábito. Caminó hasta su sala de práctica de voz y encendió el fonógrafo de la sala, que estaba llena con los sonidos de su primera conversación. Se sentó y escuchó en silencio, lleno de recuerdos.
Y ella se había quedado silenciosamente detrás de él.
La traducción al chino es "My Fair Lady". Otra traducción es "Pigmalión".
Y George Cuckoo es el Pigmalión de la industria cinematográfica estadounidense.
Sus películas retratan diosas, incluidas Katharine Hepburn, Ingrid Bergman, Vivian Leigh y Joan Crawford. Bajo su lente, son diosas radiantes de la pantalla. Por eso, en sus películas, las mujeres son las protagonistas. Aunque a él le gusta disponer actores masculinos estables y maduros alrededor de estas mujeres para que sirvan como acompañantes, las mujeres son las protagonistas. Y Audrey Hepburn es perfecta.