Familia de origen: suelo nuevo.
Influye en la dirección del carácter
El origen familiar es como el suelo del que germinan las semillas. Determina la dirección de nuestro carácter y afecta la forma en que vemos el mundo y a los demás. ¿Recuerdas la casa de tu infancia? ¿Es cálido y armonioso o está lleno de peleas e indiferencia? Ese hogar es nuestro hogar ancestral.
Mente lesionada
Los niños que crecen en un mal ambiente familiar pueden volverse sensibles, cerrados o incluso perder la capacidad de amar a los demás. Sus corazones son como hojas erosionadas por el viento y las heladas, volviéndose frágiles y difíciles de recuperar.
El poder del cambio
La vida siempre está llena de esperanza. No importa cuán profunda sea la influencia del origen familiar, todavía tenemos maneras de cambiar y reparar esos corazones rotos. Buscar asesoramiento, construir relaciones seguras y estimular la capacidad de amar son acciones que podemos tomar.
1 Busca asesoramiento psicológico
Los consejeros psicológicos profesionales son como jardineros del alma, nos ayudan a podar las ramas y hojas muertas del alma y dejar que el amor vuelva a brotar.
2. Establecer relaciones interpersonales seguras
Necesitamos esas relaciones interpersonales cálidas y sinceras que puedan iluminar nuestro corazón como la luz del sol y permitirnos aprender a confiar y amar nuevamente.
3 Estimular la capacidad de amar
Tanto los padres como la sociedad pueden ser el catalizador para estimular la capacidad de amar de los niños. Al cultivar la compasión y preocuparnos por los demás, podemos ayudar a los niños a encontrar el amor perdido.
Etiqueta
Los niños malos de una mala familia pueden perder la capacidad de amar a los demás, pero recuerda que ese no es su destino, sino el punto de partida de su crecimiento. Mientras les brindemos suficiente cuidado y apoyo, podrán encontrar ese amor inocente nuevamente y brillar con la luz más brillante.