¿Por qué juegan los animales?
El comportamiento de juego de los animales parece contradecir las leyes universales de la naturaleza. En la naturaleza, el comportamiento biológico debe consumir la menor cantidad de energía posible, y conservar la energía para asegurar la supervivencia es lo más importante. Los animales gastan mucha energía cazando, pero pueden reponer aún más energía comiendo después de capturar a la presa. Algunos animales hibernan o duermen en verano para minimizar el consumo de energía durante las estaciones frías o cálidas, cuando no hay alimentos disponibles fácilmente para reponer energía. Obviamente, los juegos consumen mucha energía, entonces, ¿qué beneficios les aporta? Si no hay ningún beneficio sustancial, ¿por qué harían algo tan antinatural?
Los zoólogos comenzaron a investigar y sacaron opiniones diferentes.
Algunos científicos han observado que los orangutanes utilizan palos en sus juegos y se persiguen entre sí con palos. Una vez que se encuentran con una situación en la que necesitan usar un palo para resolver un problema real, "recordarán" el propósito del palo, lo encontrarán y lo usarán para recoger comida desde una gran distancia. Por lo tanto, creen que el juego con animales es en realidad un comportamiento de aprendizaje práctico. El juego brinda a los animales muchas oportunidades para aprender y practicar. Los animales exploran constantemente sus capacidades potenciales y se adaptan al entorno natural a través del juego.
Algunos científicos han observado peleas y persecuciones entre varios cachorros de lobo u osos, y han descubierto que dichas peleas pueden parecer feroces, pero en realidad son muy mesuradas y nunca se lastimarán entre sí debido a una pelea excesiva. Por eso creen que el comportamiento de juego de los animales es un anticipo y un ejercicio para la vida futura. En el juego, los animales se familiarizan con las habilidades de supervivencia que dominarán a través de diversos comportamientos y acciones, como perseguir, evitar, luchar, etc. Desde un punto de vista práctico, muchos juegos pueden aportar grandes beneficios a los animales en sus vidas futuras, lo cual es una necesidad para sobrevivir. Además, también observaron un juego: a veces, los animales pequeños se burlaban de la pequeña presa que era atrapada viva en lugar de apresurarse a matarla y comérsela. Por ejemplo, una loba a menudo arroja ratones vivos a sus cachorros, dejándolos saltar sobre ellos, jugar con ellos hasta que tengan suficiente y luego darles un mordisco para comérselo. Este comportamiento de juego respalda aún más esta opinión.
Sin embargo, algunos científicos no están de acuerdo. Su razonamiento es que los animales no sólo disfrutan jugando cuando eran niños. Cuando crecen, después de poseer la capacidad de cazar y luchar, todavía aman los juegos, y sus juegos no están necesariamente relacionados con la lucha por la supervivencia. Entonces estos científicos creen que los animales juegan para entretenerse al igual que nosotros, y esta es la naturaleza de los animales. Lo que vemos más a menudo son monos balanceándose alegremente en el bosque y ardillas saltando alegremente sobre las ramas. Los científicos también señalan que cuanto más evolucionado e inteligente es un animal, más fuerte es su naturaleza contraproducente. Pueden utilizar el juego para regular el estrés causado por la feroz competencia por la supervivencia en la naturaleza. El ejemplo más típico somos los humanos, que somos primates avanzados. La mayor parte del tiempo jugamos sólo para entretenernos y lo que más obtenemos de los juegos es felicidad. ¡Regular la salud física y mental y aliviar el estrés a través de los juegos es un gran beneficio!
Otros científicos creen que el juego ejercita a los animales. Para aquellos animales altamente estacionales, cuando se encuentran en un largo período de "ocio", el juego ejercita adecuadamente sus cuerpos, mejora su condición física y sus habilidades para cazar y defenderse de los enemigos tampoco les son ajenas. Seguirán siendo flexibles y sólidos a medida que surjan nuevas pruebas.