El origen y la historia de las máscaras
Esta teoría fue desapareciendo poco a poco. Los médicos comenzaron a usar mascarillas quirúrgicas en 1897. Las mascarillas no están diseñadas para filtrar virus o bacterias del aire. Y este no es el foco del diseño actual de mascarillas quirúrgicas. Los médicos usan mascarillas quirúrgicas principalmente para evitar que las gotas producidas al estornudar o toser caigan sobre las heridas del paciente durante la cirugía. En el otoño de 1910 estalló una plaga en Manchuria. La tasa de mortalidad de esta plaga llega al 100% y los infectados morirán en un plazo de 24 a 48 horas. China y Rusia participaron en una carrera armamentista científica para encontrar el origen de la plaga y detener su propagación. El gobierno Qing contrató a un médico llamado Lian Dewu para liderar este esfuerzo. Wu nació y estudió medicina en Cambridge. Todavía es joven y aún no es famoso. Después de realizar una autopsia a una víctima, Wu determinó que la plaga no se propagaba por pulgas sino por el aire. Posteriormente amplió el uso de mascarillas quirúrgicas en ese momento y las modificó para brindar una cobertura más segura del rostro. Su invento fue un gran avance, pero algunos colegas se mostraron escépticos. Un médico francés descartó la idea de que la peste se transmitiera por el aire. Fue al hospital para tratar la peste sin llevar máscara y murió a causa de ella dos días después. La máscara de Wu rápidamente se convirtió en un éxito. Son muy conocidas las mascarillas utilizadas durante la epidemia de gripe española de 1918. La ahora popular mascarilla N95 es su derivada.