"Composición" Cuando el barco llegó al puerto de Nueva York, mi hija reconoció de un vistazo a su madre entre la bulliciosa multitud. Gritó: "¡Mamá! ¡Mamá!".
"El nombre del milagro es padre"
En 1948, en un barco que cruzaba el Atlántico, un padre llevó a su pequeña hija a encontrarse con su esposa en Estados Unidos. El mar está en calma y hermosas nubes aparecen alternativamente por la mañana y al anochecer. Una mañana, mi padre estaba pelando manzanas con un cuchillo en la cabina. De repente, el barco se sacudió violentamente. Cuando mi padre cayó, el cuchillo le atravesó el pecho. Todo su cuerpo estaba temblando y sus labios instantáneamente se volvieron azules. La hija de 6 años se asustó por el repentino cambio de su padre, gritó y corrió a ayudarlo. Él sonrió y apartó la mano de su hija: "Está bien, simplemente me caí". Luego tomó suavemente el cuchillo, se levantó muy lentamente y discretamente limpió la sangre de la hoja con el pulgar. Durante los siguientes tres días, el padre le cantó canciones de cuna a su hija todas las noches como de costumbre, le hizo un hermoso lazo por la mañana y la llevó a ver el azul del mar, como si todo fuera como de costumbre. Pero la pequeña hija no se dio cuenta de que su padre estaba cada minuto más débil y pálido que el anterior, y sus ojos miraban al horizonte con tanta tristeza. La víspera de su llegada, el padre se acercó a su hija y le dijo: "Cuando la veas mañana, por favor dile que la amo". La hija le preguntó desconcertada: "Pero la vas a ver mañana, ¿por qué?". ¿No se lo cuentas tú mismo?" Él sonrió, se inclinó y besó profundamente a su hija en la cabeza. El barco llegó al puerto de Nueva York y la hija reconoció a su madre de un vistazo entre la bulliciosa multitud. Ella gritaba: "¡Mamá! ¡Mamá!". En ese momento, hubo un repentino grito de exclamación a su alrededor. A su alrededor, vio que su padre había caído de espaldas, la sangre en su pecho brotó, tiñendo instantáneamente todo el cielo de rojo. Los resultados de la autopsia fueron impactantes: el cuchillo penetró en su corazón con una precisión incomparable, pero vivió tres días más y estaba más consciente que nadie. La única explicación posible es que la herida era demasiado pequeña, lo que permitió que el miocardio cortado se mantuviera unido como estaba, manteniendo el suministro de sangre durante tres días. Este es un raro milagro en la historia de la medicina. En la conferencia médica, algunas personas dijeron que deberían llamarlo el Milagro del Océano Atlántico, algunas sugirieron ponerle el nombre del difunto, y otras dijeron que deberían llamarlo un milagro... "Ya fue suficiente". El viejo médico sentado en el sillón con barba y cabello blancos, cuyas arrugas están llenas de sabiduría de la vida, gritó fuerte en ese momento y luego dijo palabra por palabra: "El nombre de este milagro es padre".