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La señal del inicio de la revolución burguesa británica

La revolución burguesa británica comenzó en 1640 cuando Carlos I convocó un nuevo parlamento.

La Revolución Burguesa Británica fue un cambio político y social importante en la historia británica en el siglo XVII. Cambió por completo el sistema político y la estructura social británica. Para comprender mejor lo que marcó el comienzo de esta revolución, primero es necesario revisar el contexto histórico de Gran Bretaña. En Gran Bretaña, la primera forma de gobierno fue el sistema feudal, en el que el rey tenía poder absoluto y la mayor parte de la tierra y la riqueza estaban concentradas en manos de la nobleza y la iglesia.

Sin embargo, la reforma religiosa y el desarrollo económico del siglo XVI brindaron oportunidades para la burguesía emergente y también inspiraron a algunas personas a cuestionar la autoridad y a estar insatisfechas con ella. En el siglo XVII, los conflictos políticos y religiosos dentro de Gran Bretaña se intensificaban cada vez más. Los intentos del rey Carlos I de expandir su poder a través de medios centralizados despertaron la oposición de la clase dominante nacional.

Al mismo tiempo, también se intensificó la discordia religiosa entre protestantes y anglicanos en Inglaterra. La intensificación de estas contradicciones condujo finalmente al estallido de la Guerra Civil, que marcó el comienzo de la revolución burguesa británica.

Características de la revolución burguesa británica:

1. Las banderas religiosas son claras. Vale la pena señalar que la mayor diferencia entre el partido real y el campo parlamentario durante la primera guerra civil fue. no La composición de clases de ambos partidos radica en las creencias religiosas de ambos partidos. En general, quienes creían en el puritanismo apoyaban al Parlamento y quienes creían en el anglicanismo apoyaban al rey.

2. La visión tradicional es que durante la primera guerra civil, la burguesía británica y la nueva aristocracia formaron una alianza para oponerse conjuntamente a la monarquía británica. Sin embargo, durante la guerra civil, ya fuera el partido real o el parlamento, los partidarios de ambos bandos incluían burgueses, empresarios, artesanos y agricultores. A quienes apoyaban dependían de la actitud de la nobleza británica local, y no había diferenciación de clases. Es tan importante como las divisiones religiosas. Es significativo que la idea del carácter de clase de la revolución siga siendo cuestionable.

3. La revolución tiene idas y vueltas, es de largo plazo, compleja, repetitiva y ardua.